El Oso Bartolomé ha descubierto el snowboard. Bueno, más o menos. Sobre todo, ha descubierto la indumentaria.
Ahora, bien abrigado con su traje de nieve con ribete de peluche (con cremallera de mentira y pase de telesilla imaginario), se ha lanzado a las pistas con su estilo característico: lento, constante y con frecuentes pausas para bailar.
Presume de ser un experto —«solo pistas negras»—, pero su tabla de snowboard es más que nada para lucirla, y sus gafas nunca han visto un copo de nieve. Aun así, tiene pinta de snowboardero. Y para Bartolomé, esa es la mitad de la diversión. (La otra mitad es fondue).dnñi
Bartholomew Bear has discovered snowboarding. Sort of. He’s mostly discovered the outfits.
Now fully insulated in his fluff-trimmed snowsuit (complete with pretend zip and imaginary lift pass), he’s taken to the slopes in signature style: slow, steady, and with regular dance breaks.
He talks a big game – “black runs only” – but his snowboard is mostly for posing, and his goggles have never seen a flake. Still, he looks the part. And for Bartholomew, that’s half the fun. (The other half is fondue.)



